Guayaquil, (DCAG).- En Guayaquil, es común encontrar a personas que se hacen pasar por sacerdotes, trabajando en los camposantos, ya que no tienen una parroquia asignada porque no pertenecen a la Iglesia Católica. Reconocerlos se vuelve un poco difícil cuando se desconoce la estructura de la Santa Misa, es decir lo que el presbítero debe y no debe hacer durante la celebración.
Estos impostores, ofrecen sus servicios mediante tarjetas de presentación, para que puedan contactarlos y así obtener una retribución económica por cada “celebración”. Tienden a estafar en sectores que no cuentan con una parroquia establecida, celebrando “misas” en las calles o en casas particulares, motivando a los feligreses a que aporten económicamente para la supuesta construcción de un templo.
Es importante saber que los sacerdotes católicos pueden oficiar Misas en un lugar sagrado como una iglesia y si lo hacen fuera de ella, se debe realizar en un lugar digno. Sin embargo, está prohibida la celebración Eucarística en domicilios, cementerios y en capillas privadas que no cuenten con una autorización eclesiástica.
Todo laico está en su derecho de solicitar a cualquier sacerdote que le presente su credencial. Ésta debe ser expedida por la diócesis correspondiente y firmada por el obispo. También, en el caso de la Arquidiócesis de Guayaquil, puede buscarlo por su nombre en el directorio que se encuentra en la página web oficial. De esta manera podrá verificar si el clérigo es católico y si está autorizado para ejercer el ministerio sacerdotal.
Las personas que hayan sido engañadas por falsos sacerdotes pueden acercarse a la Defensoría del Pueblo o a la Fiscalía y denunciar allí la estafa de la que fueron víctimas. Pueden, además reportar al Departamento de Comunicación de la Arquidiócesis de Guayaquil adjuntando una foto nítida y el nombre completo del supuesto sacerdote, al correo electrónico [email protected].
