Guayaquil, (DCAG).- Mauricio Alberto Gonzales Zea nació hace el 6 de octubre de 1982 en Arequipa (Perú). Desde hace 16 años es miembro de la Congregación Pro Eclesia Santa. Su vocación la descubrió en un retiro espiritual donde un pasaje bíblico lo enrumbaría al sacerdocio. Actualmente sirve en la parroquia Santo Hermano Miguel.
Aunque vivía en una ciudad rodeada de seminarios y de una profunda fe cristiana, en su niñez y adolescencia Dios no era una parte de su vida, ya que dedicaba su tiempo a estudiar o jugar con sus amigos del vecindario. Pero el rumbo de su vida cambiaría cuando fue invitado a un retiro espiritual donde supo de la cita que cambiaría su vida: Jn. 13, 15 “Porque os he dado ejemplo, para que también vosotros hagáis como yo he hecho con vosotros”.
Desde hace 16 años pertenece a la congregación peruana Pro Eclesia Santa, con la cual viajó a Ecuador como parte del apostolado que debe realizar cada miembro. Al principio llegaría a Quito con la intención de fundar una casa de su familia religiosa, pero fue en Guayaquil donde se concretó dicha fundación.
Su vocación ha sido fraguada a través de diversas situaciones. En un responso presenció como varias personas alcohólicas y en su mayoría indigentes, se unieron para comprarle el ataúd a su amigo fallecido. Comprendió que pesar de su pobreza o mal aspecto, ellos tenían una mayor conciencia cristiana para orar y enterrar a su difunto.
“A los jóvenes les digo que siempre estén dispuestos a cumplir lo que Dios les pide, a dar todo por Dios. Si Él te llama no le digas que no, si quiere que seas su fiel servidor, su soldado en este mundo que cada vez está más terrible dile que sí y entrégalo todo”.
