Iglesia guayaquileña a favor de la mujer y de la vida

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Elaborado por: Kevin Yépez Morán

Guayaquil, (DCAG).- La Arquidiócesis de Guayaquil es una institución que no solo protege y defiende la vida del niño por nacer, sino que también se preocupa por atender y acompañar a aquellas madres que han decidido afrontar un embarazo no deseado por situaciones de violencia, abuso sexual, abandono o pobreza, brindándoles un apoyo psicológico, espiritual e incluso material, logrando que ellas puedan acoger la vida.

El arzobispo de Guayaquil, Mons. Luis Cabrera ha manifestado que “El aborto es un problema que se puede presentar en cualquier estrato social. Algunas mujeres se ven presionadas a abortar por razones sociales (prestigio), familiares (rechazo de los padres), económicas (falta de dinero) o por inmadurez física y psicológica para ser madre (…) Pero ninguno de estos motivos justifica la muerte de un ser humano inocente e indefenso”.

Es por eso que la Iglesia guayaquileña propone varias alternativas para salvar la vida de estos niños. A través de “Casa de la Vida” la Iglesia apoya a aquellas madres que han pensado recurrir al aborto. Aquí ellas reciben orientación y en la mayoría de casos la institución las beneficia asumiendo algunos gastos de los controles médicos y el estudio ecográfico, logrando que en la actualidad gocen de la vida junto a su hijo.

También para aquellas madres que han cambiado la decisión de abortar y se decidieron por la vida de su bebé, el Hospital Madre Berenice de la Red de Dispensarios Médicos Arquidiocesanos, recibe a decenas de madres de bajos recursos económicos, ofreciéndoles servicios de maternidad a muy bajo costo. Este hospital cuenta con personal médico comprometido con la paciente, a quien también se le enseñan los métodos naturales para una paternidad responsable.

De la misma forma, mediante la Pastoral de la Mujer, la Iglesia busca erradicar toda forma de violencia, desarrollando programas que promuevan la igualdad y el respeto a sus derechos, permitiendo así su crecimiento personal y espiritual dentro de la sociedad. Esta pastoral, vela también por el crecimiento económico de las madres solteras o desempleadas, otorgándoles un microcrédito que les permita emprender su propio negocio.

El trabajo que realiza la Arquidiócesis de Guayaquil por salvar las dos vidas es posible también gracias a los Movimientos Provida, quienes forman a los jóvenes, a las pastorales y a las filiales con argumentos científicos, éticos y morales.

Pero esta misión no acaba ahí, la Iglesia es misericordiosa con todos los hijos de Dios y también busca acercar y acompañar a las mujeres que decidieron abortar. Con la ayuda de “Proyecto Esperanza”, muchas mujeres que han perdido su hijo por un aborto provocado, reciben un acompañamiento psicológico y espiritual, quienes gracias a un grupo de damas comprometidas con el voluntariado aprenden a superar las secuelas del aborto, acogiendo su dolor con el amor de Dios.

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