Guayaquil, (DCAG).- Aurelio Gonzáles Salinas nació el 24 de febrero de 1982 en Santa María Guatulco, Oaxaca (México). Creció bajo el seno de una familia católica, donde el haber visto la película “Hermana sol y hermana luna» sobre la vida de San Francisco de Asís y el pedirle a Dios por el cese del sufrimiento y las guerras enrumbarían su camino hacia el servicio a Dios, el cual se interrumpiría durante su adolescencia.
Fue en su época universitaria cuando Aurelio es invitado por un grupo de amigos a rezar el Rosario. “Inicié a rezar el Rosario en las casas y ahí fue cuando empecé a descubrir que Dios me estaba llamando a la vida sacerdotal y en ese momento fue dudoso y complicado por que no quería, pero en el proceso Dios fue tocando mi corazón para decirle que sí y caminar para descubrir si ese era mi llamado».
La determinación de servir a Dios por medio del sacerdocio la tomó junto a su director espiritual, luego ingresaría a una orden franciscana donde recibió formación en Filosofía, para después tomar la decisión de servir en otro país, donde uno de los sacerdotes lo motivo a continuar su vocación en Guayaquil.
Llegó a la ciudad en 2018, fue cuando ingresó al Seminario Mayor para culminar su formación sacerdotal. Como parte de su acercamiento con la comunidad fue enviado a ayudar en la parroquia Niña María y actualmente colabora en la parroquia María Auxiliadora (Sabanilla, Pedro Carbo), junto al P. Renzo León, de donde destaca la sencillez de los fieles.
Uno de los momentos más difíciles e intensos para Aurelio fueron los días previos a su ordenación diaconal en 2020, debido a la incertidumbre de saber quienes eran los llamados a dar el siguiente paso en el ministerio. También hace un llamado a los jóvenes a “poner su corazón, fe, amor, accionar y sus obras que estén orientadas en cumplir la voluntad de Dios, porque Él te dirá hacia donde deberás caminar».
