Guayaquil, (DCAG).- Dentro del trabajo de la pastoral penitenciaria, a través de la “Misión Misericordia”, se encuentra la historia de Guillermo Galarza, un privado de libertad que con una escuela de arte busca brindar a sus compañeros un medio de subsistencia.
Desde su encarcelamiento en 2016, Guillermo agradece que sea Dios quien no lo abandona en todo momento. Aprovechando sus conocimientos en pintura, dibujo y serigrafía, inició su labor dentro de las cárceles de la mano de la pastoral carcelaria, aunque según explica no es fácil porque no existen los implementos necesarios para la escuela.
“Me siento bien con mi arte y me gusta enseñar a los demás porque Dios es quien da la virtud. Aquí hay muchas personas como yo que tienen ese talento escondido, pero la incomodidad y la falta de materiales hace difícil continuar y que ellos se sigan rehabilitando para que tengan una forma de sustento cuando salgan de aquí”.
Actualmente, son cerca de 20 alumnos de la escuela de arte donde aprenden pintura en diferentes técnicas, dibujo con carboncillo y serigrafía. En la cárcel las obras de Guillermo se distribuyen en los pasillos, pabellones, el patio y área cultural. Ha pintado a la Virgen de la Merced, Jesús de la Misericordia, San Juan Diego y otras no religiosas.
Uno de sus alumnos, Pastor Onofre, comentó que el curso de pintura lo ayudó a descubrir su talento artístico escondido y a sobrellevar la vida en el encierro. “Cuando termine mi condena quisiera salir y seguir emprendiendo con esto como fuente de ingresos porque nadie nos quiere dar trabajo”.
Los interesados pueden colaborar con pinceles, pinturas, lienzos, lápices de carboncillo y otros implementos artísticos que sirvan para continuar con esta labor. Las donaciones se la receptan al número +593 98 285 3911.
