Guayaquil, (DCAG).- Cientos de feligreses se dieron cita el pasado 12 de febrero en la Catedral de Guayaquil y sus alrededores para participar de la Misa Solemne de recepción de la campana “La Voz de los No Nacidos”. Luego esta hizo su primer recorrido por varias calles del centro de la ciudad.
Tras haber recibido la bendición del Papa Francisco en octubre pasado, la campana de la vida fue presentada al público como el símbolo que despierte la conciencia ética, moral, política, social y religiosa de los ecuatorianos ante el debate en la Asamblea Nacional sobre la legalización del aborto por violación.
La campana ingresó a la Catedral Metropolitana acompañada de las autoridades eclesiásticas y sacerdotes de la Arquidiócesis de Guayaquil, así como de varios niños de distintas edades.
Precisamente la encargada de tocarla por primera vez fue la niña Victoria Ruiz Pozo, acompañada de Mons. Giovanni Piccioli, aseguró: “yo respetaré, defenderé, amaré y serviré a toda vida humana desde la concepción hasta su muerte natural. Cuando aprendía la oración sentí una responsabilidad y alegría en mi corazón… Y, al tocar la campana se estremeció mi corazón”.
La celebración eucarística fue presidida por el arzobispo de Guayaquil, Mons. Luis Cabrera, quien en su homilía hizo un llamado a “despertar la conciencia de que la vida comienza en la concepción, tal como lo demuestra la ciencia médica. Por este motivo, en la campana están esculpidos el código genético y una ecografía de un niño en el vientre de una madre gestante. Por su ADN, cada vida es única e irrepetible”.
De la misma forma, hizo énfasis en que el aborto es una forma de asesinato: “Es absurdo que se regatee hasta qué semana es lícito abortar, sabiendo que, en cualquier fase de la gestación en que se practique, muere un ser humano. La mayor discriminación es legalizar la muerte de quienes han sido concebidos en circunstancias difíciles con la pretensión de solucionar otros crímenes, como la violación".
Durante la Misa, la campana fue tocada por los Obispos presentes. Después de la celebración fue trasladada a las afueras de la Catedral San Pedro Apóstol, donde los feligreses que presenciaron el acto en pantallas gigantes, la acompañaron por la calle Chimborazo, 9 de Octubre, Pichincha, 10 de Agosto y su regreso al templo desde donde partirá a las diferentes parroquias eclesiásticas del país.
La votación del proyecto de ley de legalización del aborto se prevé sea realizada este jueves. Los colectivos religiosos y sociales en favor de la vida, que estuvieron en el recorrido, se movilizarán a Quito para su apoyo al derecho a la vida de los niños por nacer.
Guayaquil, (DCAG).- El próximo 12 de febrero la campana “La voz de los no nacidos” empezará su recorrido en Ecuador, donde busca comprometer a los feligreses en la defensa de la vida. La Misa Solemne de acogida iniciará a las 10h30 en la Catedral de Guayaquil y luego recorrerá varias calles del centro de la urbe.
Este símbolo nació en 2020 como iniciativa de la fundación polaca “Życie Tak”. El pasado 27 de octubre el Papa Francisco bendijo en el Vaticano las dos campanas destinadas a Ecuador y Ucrania, donde expresó: “Que su sonido anuncie al mundo el Evangelio de la vida, despierte la conciencia de las personas y recuerde la voz de los no nacidos. Encomiendo a la oración de ustedes la vida de cada niño concebido”.
La campana llega al país en un contexto donde la Asamblea Nacional prevé la aprobación de la ley de despenalización del aborto por violación. Según explicó Mons. Giovanni Battista Piccioli, promotor de la campana, este es un momento ideal para despertar la conciencia de los ecuatorianos ante la idea de asesinar a bebés inocentes.
Con una tonelada de peso y fabricada en bronce, la campana contiene dos códigos genéticos que simbolizan a los padres, la ecografía de un niño junto a dos querubines que lo resguardan, la cita: “Antes de que yo te formara en el vientre de tu madre, ya te conocía. Antes de que nacieras, ya te tenía consagrado”.
También se encuentran grabadas en dos tablas que simbolizan los 10 mandamientos las frases: “No penséis que he venido a abolir la ley” y “No matarás”; dos manos que sostienen un corazón con los escudos de Polonia y Ecuador : “Respeta, defiende, ama y sirve a la vida, ¡A toda vida humana!”, de San Juan Pablo II.
Luego de la Misa de acogida, la campana se trasladará en un Rosario móvil por el centro de la urbe, acompañada de los fieles que se den cita en la Catedral de Guayaquil. Debido al aforo reducido, existirán pantallas gigantes en el Parque Seminario para los asistentes y la Eucaristía se transmitirá por las redes sociales de la Arquidiócesis de Guayaquil y de Fides Online.
Escucha: es éste el término que más resuena en el Aula del Sínodo.
Ciudad del Vaticano(VN).- Para la Iglesia, la escucha no es una investigación sociológica o pedagógica; es un modo de ser y una cuestión teológica, como nos advierte el libro de Proverbios.
Es de la escucha que deriva la capacidad de la Iglesia de dejarse tocar por los desafíos y oportunidades que ofrece el mundo de la juventud.
Los jóvenes de hoy buscan esencialmente el diálogo, la autenticidad, la participación; quieren ser escuchados y guiados para comprenderse mejor a sí mismos, donde están, intelectualmente, espiritualmente, emocionalmente, socialmente y espiritualmente. Aquí es donde necesitan testigos vivientes de la evangelización.
Sobre los momentos de silencio en las congregaciones
Y sobre esos momentos de silencio entre una intervención y otra de los padres sinodales, Mons. Jorge Giovanny Pazmiño Abril, obispo de la diócesis de Ambato, en Ecuador, dice que los obispos tienen que aprender a escuchar a los jóvenes, y para saber escuchar es importante también escucharnos nosotros, dijo, y una de las actitudes de la escucha es el silencio para interiorizar aquello que cada padre sinodal aporta al crecimiento y al modo de entender este sínodo.
Es muy importante, dijo, porque este silencio no es un silencio vacío, sino que permite crear, y que cada uno reflexione y pueda seguir pensando en los aportes que hará en este tiempo.
Entrevista a Mons. Jorge Giovanny Pazmiño Abril, obispo de la diócesis de Ambato, en Ecuador
[audio mp3="http://www.arquidiocesisdeguayaquil.org.ec/wp-content/uploads/MonsPzmiño.mp3"][/audio]Cortesía.- Patricia Ynestroza-Ciudad del Vaticano