Guayaquil celebra a la Divina Misericordia

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Tras dos años de pandemia, los devotos de la Divina Misericordia volvieron a acompañar la imagen en su procesión en la Vía a la Costa.

Guayaquil, (DCAG).- Con una afluencia masiva de feligreses, ayer se celebró a la Divina Misericordia, festividad que recuerda a Cristo como fuente de la compasión y el perdón. La jornada inició con una procesión por la Vía a la Costa hasta el santuario dedicado en su honor, y luego la Santa Misa presidida por los obispos de la ciudad.

A pesar del inclemente sol, cientos de feligreses se dieron cita en el peaje de Chongón para acompañar a la imagen de la Divina Misericordia en los 1,3 km de procesión hacia su santuario, ubicado en el km 26 de la Vía a la Costa. El recorrido fue encabezado por el P. Juan Carlos Galvis y luego acompañado por Mons. Luis Cabrera y Mons. Gerardo Nieves, obispos de la ciudad.

Esta festividad que se celebra el segundo domingo de Pascua nació en 1931 con las revelaciones privadas a Santa Faustina Kowalska y fue instituida oficialmente en el año 2000 por San Juan Pablo II. Guayaquil cuenta con el único santuario dedicado en su honor en Sudamérica, el cual fue inaugurado en 2013 y visitado por el Papa Francisco en 2015.

Una de las participantes de la procesión fue Amalia Arias, quien expresó: “Me siento muy contenta porque luego de dos largos años hemos vuelto a vivir esa fe y esperanza en el Señor de la Divina Misericordia que nos ayuda a seguir adelante. Mi devoción nació desde que veía las imágenes en la iglesia, luego mi hijo me traía al santuario y hemos participado de todas las procesiones”.

Tras el término de la procesión, la imagen de la Divina Misericordia fue expuesta a los cerca de cinco mil feligreses que estuvieron presentes dentro y fuera del santuario, quienes mostraron su devoción y agradecimiento a esta advocación participando de la Santa Misa celebrada por los obispos de Guayaquil.

El P. Juan Carlos Galvis, rector del Santuario, mostró su alegría por el retorno de los feligreses en este acto de fe: “Es un paso más hacia la normalidad y qué bueno que podamos celebrar la fe nuevamente con ese fervor de antes de la pandemia. La fe en el Señor de la Divina Misericordia nunca ha claudicado, se ha mantenido y en estos tiempos difíciles nos ha hecho revivirla y estar siempre presentes”, manifestó.

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