“El sacerdocio es la respuesta a todos los deseos que todo hombre tiene en el corazón”

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Guayaquil, (DCAG).- El último candidato al sacerdocio que conoceremos es Luis David Zambrano Cortez, guayaquileño que, a pesar de varios eventos desafortunados en su vida, en una visita al Santísimo descubrió que Dios lo estaba llamando al sacerdocio.

Es el menor de cuatro hermanos, siendo el único varón. Creció junto a su madre, ya que su padre falleció cuando Luis David tenía solo cinco años de edad. Estudió en la escuela Pablo Baquerizo Nazur y sus estudios secundarios los realizó en el colegio Interamericano.

Al ser el único hijo, su madre había planificado una vida en Estados Unidos donde ella vivía. Luis David ya tenía la residencia norteamericana, pero en el camino había decidido que su vocación era el sacerdocio cuando en una visita al Santísimo tuvo una experiencia de plenitud del corazón al tener la certeza de que Dios no es una idea etérea sino una persona que te abraza y que carga en sus hombros el sufrimiento del hombre y que cuando nos abrimos a él, fue llenando los vacíos que tenía en su alma.

Desde ese momento supo que, al haber recibido ese regalo tan grande de encontrar felicidad en su corazón y respuestas, debía entregárselo a las demás personas. Tras culminar su etapa colegial, debía anunciarle a su familia su decisión de ingresar al Seminario Mayor de Guayaquil.

Primero, habló con sus hermanas mayores para que le paguen el pasaje de regreso en caso de que su mamá no lo dejara regresar, ya que había decidido ser sacerdote en Guayaquil. Luego, viajó a los Estados Unidos para decirle personalmente a su mamá sobre su decisión. Para ella fue un golpe muy duro y al inicio no comprendió el llamado que su hijo había recibido de Dios. Actualmente, su madre se siente feliz por el camino que ha tomado Luis David e incluso ha retomado su fe cristiana.

Para Luis David, “el sacerdocio es la respuesta a todos los deseos que todo hombre tiene en el corazón y hacerlos presentes mediante mi persona y ser el instrumento para que todas las personas puedan alcanzar su felicidad que se encuentra en Dios”.

En estos días previos a su ordenación sacerdotal, ha sentido esa cercanía con los obispos y el tener la certeza de encontrarse con otra familia con la cual puede compartir y a pesar de que ha dejado muchas cosas por seguir a Dios, se le ha devuelto el ciento por uno. También, siente la emoción de que pronto podrá celebrar la Santa Misa, perdonar los pecados y rezar por la feligresía de Guayaquil, siendo ese instrumento para darles paz.

Durante su año de servicio como diácono, Luis David Zambrano estuvo en el servicio parroquial de la iglesia Santa Teresita de Entre Ríos, en Samborondón.

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