Guayaquil, (DCAG).- La mañana del pasado 8 de agosto el Arzobispo de Guayaquil, Mons. Luis Cabrera, ofició la liturgia de ordenación de siete nuevos diáconos y un presbítero. La ceremonia religiosa fue a puerta cerrada y los fieles la pudieron seguir virtualmente desde los canales oficiales de la Arquidiócesis de Guayaquil.
Los nuevos diáconos son: Benjamín Fenlon (Inglaterra), Aurelio González Salinas (México), Rovelio Pablo López (México), Fabián Acuña Cantos, César Chiriboga Morán, Jimmy Vaccaro Cedillo y Juan Vargas Álava; y el presbítero Carlos Enrique León (Perú).
La Santa Misa de Ordenación inició a las 10h00 con la presencia del clero y familiares de los ordenandos. El director del Seminario Mayor de Guayaquil, padre Vinicio Urdiales, presentó a Mons. Luis Cabrera a todos los candidatos al diaconado y presbiterado. Después, cada uno realizó el juramento aceptando sus nuevas responsabilidades en el servicio a Dios y el Arzobispo les impuso las manos, invocando al Espíritu Santo.
Mons. Luis Cabrera explicó que esta nueva ordenación contempla un “sentimiento de gratitud a Dios, una gran responsabilidad porque hay que seguir apoyando y formando a estos jóvenes para que puedan recibir el presbiterado y así, entonces, ejercer ese servicio que el Señor les concederá celebrando la Eucaristía, a través del ministerio de la reconciliación y la unción de los enfermos».
Fueron los familiares de cada uno de los servidores de Cristo quiénes les impusieron las nuevas vestiduras como diáconos y presbítero.
Para el ahora diácono Rovelio Pablo López este nuevo paso en el servicio a Dios es “un privilegio inmerecido que conociendo mis flaquezas humanas, mi nada, mi pequeñez, el Señor se digne elegirme para sus filas, su ‘creación aparte’, pueblo elegido, pueblo de Dios, pueblo sacerdotal”.
Aurelio González Salinas también expresó su agradecimiento “a Dios infinitamente este don tan precioso, a la Santísima Virgen y a todos cuantos han colaborado en mi proceso de formación”.
Se prevé que para el próximo año éstos siete diáconos sean ordenados sacerdotes.
