Guayaquil (DCAG).- Siguiendo el ideal de vida de Santa Teresa de Calcuta, “servir a los más pobres de entre los pobres”, desde hace veintinueve años las hermanas Misioneras de la Caridad brindan cuidados a los ancianos más pobres y abandonados de Guayaquil.
Son seis religiosas misioneras que con dedicación recogen ancianos de la calle, a quienes encuentran totalmente abandonados, en extrema pobreza y sin familia, con el fin de acogerlos en al Asilo Hogar de la Paz. Un total de 50 ancianos y ancianas son atendidos día a día por las misioneras, junto con la ayuda de grupos de colaboradores y voluntarios, que entregan su tiempo para satisfacer sus necesidades básicas.
Puesto que las hermanas Misioneras de la Caridad colaboran con ancianos totalmente abandonados, cuando estos fallecen, son ellas quienes se encargan de su darles sepultura y para ello cuentan con bóvedas en el cementerio del suburbio.
Ubicado en la cooperativa Unión de Bananeros de Guasmo Sur, el Hogar de la Paz se mantiene gracias a donativos y a la constante fe de las Hermanas de la Caridad, depositada en la Divina Providencia. Su visión siempre estará ligada a la idea de servir a quienes más las necesitan, sin esperar recibir nada a cambio.
Foto Cortesía: Diario El Universo
