Jesús se dirige a sus discípulos con estas palabras: “No temas, rebañito mío, porque tu Padre ha tenido a bien darte el Reino”.
“No temas”. Jesús no quiere que sus seguidores se paralicen por el miedo ni estén hundidos en el desaliento. Como buen Pastor, está dispuesto a defenderles, de tal modo que vivan en paz incluso en medio de los conflictos cotidianos.
“Rebañito mío”. Jesús mira con inmensa ternura a su pequeño grupo de seguidores, llamados a ser lavadura en la masa, luz en la obscuridad y sal que da sabor a la vida. Esta conciencia de pequeñez nos aleja de la pretensión de ser una iglesia grande y poderosa, que busca dominar la sociedad. Recordemos que el Evangelio de Jesús no se impone por la fuerza, sino que se transmite por “contagio”.
“Tu Padre ha tenido a bien darte el Reino”. Jesús les recuerda que tienen a Dios como Padre, quien les ha confiado su Reino como el mejor regalo: un reino de esperanza y alegría, de amor y libertad, de gracia y salvación.
Como portadores del Reino, aprendamos a vivir en pequeñas comunidades o grupos, siempre con las puertas abiertas y dispuestos a compartir los bienes materiales y espirituales del Reino de Dios con los que necesitan de nuestra solidaridad.
