Guayaquil, (DCAG).- Cada 2 de febrero, además de la fiesta de la Presentación del Señor y de la Virgen de la Candelaria, la Iglesia celebra la Jornada Mundial de la Vida Consagrada, instituida por el Papa Juan Pablo II en 1996. En Guayaquil también se celebrará una Eucaristía virtual a las 17h00, en honor de todos quienes han consagrado su vida al Señor.
Aunque cada bautizado se convierte en hijo de Dios y está llamado a imitar la vida de Cristo, hay personas que tienen un llamado especial para entregar su vida al servicio del Reino, bajo la acción del Espíritu Santo, caracterizada por cumplir con los votos de la pobreza, castidad y obediencia.
Una de ellas es Sor Vicenta Jaramillo, presidente de la Conferencia Ecuatoriana de Religiosos (CER), quien contó que su llamado vocacional se dio a temprana edad, cuando en sus clases de primaria las religiosas salesianas contaban sus experiencias al servicio de Dios. “Llevo por la misericordia de Dios, 53 años de vida consagrada con tantas experiencias alegres y también dificultades que han servido para seguir eligiéndolo a Él como el motor de mi vida”, mencionó. Actualmente es parte del Instituto “Hijas de María Auxiliadora”, dedicándose a enseñar en la Unidad Educativa “Santa María Mazzarello” y en el centro juvenil del Guasmo Sur.
Entre los que son llamados al servicio completo a Dios están los miembros de los institutos de vida contemplativa (varones y mujeres que viven en monasterios), institutos de vida apostólica (congregaciones religiosas masculinas y femeninas, sociedades de vida apostólica), institutos seculares, orden de las vírgenes consagradas y nuevas formas de vida consagrada.
Los consagrados tienen diferentes carismas que desarrollan en sus comunidades y congregaciones, ya sea de manera privada o pública. La Hna. Blanca Herrera es una religiosa franciscana misionera del Sagrado Corazón, quien rememora el descubrimiento de su vocación en querer ayudar a los niños necesitados y a la experiencia en la Primera Comunión con Mons. René Coba, de quien recuerda su carisma y amor para evangelizar, luego se convirtió en catequista y al conocer a su actual congregación empezó el discernimiento vocacional. Hoy tiene 16 años de servicio completo a Dios y se desempeña como maestra de primaria en la escuela Madre de Dios en el Guasmo Norte.
Otro de los miembros de la vida consagrada son los sacerdotes de órdenes religiosas, como es el caso del actual arzobispo de Guayaquil y presidente de la CEE, Mons. Luis Cabrera Herrera, quien realizó la profesión solemne con el hábito franciscano, un 4 de septiembre de 1982 en Quito.
