Guayaquil (Diario Expreso).- Transcurría 1873 y Gabriel García Moreno era presidente del Ecuador. Su profunda fe católica lo llevó a consagrar al país al Corazón de Jesús y de María. Ayer, 145 años después, la historia se repitió. El país fue consagrado a la Virgen del Buen Suceso, en medio de una ceremonia presidida por el arzobispo, monseñor Luis Cabrera. En el acto también se renovó la consagración ordenada por García Moreno.
Las banderas que representaban a cada provincia, sostenidas por personas que cumplían el rol de portaestandartes, estaban a cada lado del santuario. Las flores en el centro, la imagen de la advocación y una iglesia llena de fieles fueron los testigos de este acto religioso, en el que se usaron incluso las mismas palabras de la primera consagración.
Según la monja Blanca Quezada, la consagración del país era una deuda que se mantenía con la Virgen. Indica que fue hace 400 años que hizo su primera aparición, en la que realizó varias predicciones y solicitó que el país se ofrezca a ella. Además, explica que tiempo atrás volvió a revelarse y a solicitarlo a un feligrés perteneciente a la fundación que lleva su nombre.
Por su parte, monseñor Cabrera cree que este evento es positivo para la fe católica porque permite “recuperar la esperanza, la ilusión de vivir y las ganas de trabajar”. Además, agrega que “la presencia de María a través de la advocación del Buen Suceso va a ensanchar el corazón de los que vengan acá y experimenten la cercanía de Dios”.
Con él concuerda el padre Carlos Salcedo, rector del santuario. Pero considera que a más de eso “lo importante es que salgan renovados en su corazón y luego vendrán a peregrinar junto a la Virgen del Buen Suceso”.
Entre los cientos de asistentes estaba Mónica Vallejo. Ella había acudido a la misa sin saber que sería testigo de la consagración, a la que calificó de majestuosa. “Todos los ecuatorianos debemos seguir con mucha fe y al pie de la Virgen”.
Los actos protocolarios culminaron, pero ahora Ecuador tiene una nueva patrona a quien rezarle y con la esperanza de que como su nombre lo indica, buenos acontecimientos ocurran en el país.
Foto Cortesía
