Prender Fuego

0
733

Jesús habla de un fuego que debería estar ardiendo y de división. Este lenguaje nos desconcierta, pues estamos habituados a escucharle de reconciliación, de misericordia, de perdón y de paz.

Una de las grandes tentaciones como creyentes es refugiarnos en un espiritualismo al margen de los problemas familiares, sociales, políticos y económicos. De este modo, transformamos la espiritualidad en una relación con Dios puramente privada, individualista e intimista.

Con la metáfora del fuego, Jesús, en cambio, nos invita a ser responsables del mundo en el que vivimos y a superar el fatalismo y la resignación de que nada se puede hacer, como también la insurrección que quita el poder a unos para darlo a otros, pero sin modificar el sistema de egoísmo y muerte.

Como seguidores de Jesús, por tanto, estamos comprometidos a trabajar por una sociedad más fraterna, justa y solidaria; una sociedad que garantice los derechos de todas las personas, comenzando por los más débiles, como los niños por nacer, los enfermos, los ancianos, los migrantes, las mujeres maltratadas, el medio ambiente.

Que el fuego del amor de Cristo transforme nuestras conciencias y también nuestro mundo familiar y social en el que vivimos.

 

 

Dejar respuesta

Please enter your comment!
Please enter your name here