Guayaquil, (DCAG).-La Arquidiócesis de Guayaquil, en reiteradas ocasiones ha alertado a la feligresía sobre la presencia de falsos sacerdotes católicos en la ciudad. No obstante, las denuncias se han sumado debido al alto número de impostores que además de celebrar ritos exequiales, preparan a los feligreses para recibir los sacramentos de Bautizo, Comunión y Confirmación y en algunos casos también Matrimonio. Al no ser auténticos los sacerdotes, los sacramentos que ellos pretenden administrar tampoco lo son.
Esta situación se dio a conocer a través de los coordinadores de la catequesis parroquial de la vicaría noroeste, que durante una reunión de formación expresaron haber sido testigos de que personas, sin autorización y sin los conocimientos adecuados, estaban impartiendo catequesis en domicilios particulares e incluso en supuestos lugares de oración que no pertenecen a la Iglesia Católica.
El padre Juan Carlos Saltos, coordinador de catequesis en la Arquidiócesis de Guayaquil, explicó que estas irregularidades se dan en barrios donde puede suceder que la iglesia parroquial quede distante y los fieles desconocen el proceso oficial de catequesis. Estos falsos sacerdotes engañan a los feligreses celebrando los sacramentos en locales o incluso en las casas, por eso es necesario saber como distinguir a un sacerdote auténtico de uno que no lo es.
También, es importante conocer que la preparación para recibir los Sacramentos y su administración se da únicamente en la parroquia o establecimiento educativo que tenga la debida autorización. Actualmente la catequesis parroquial, siguiendo las directrices de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana, se divide por niveles y la preparación tiene una duración de seis años entre la Primera Comunión y Confirmación.
Con respecto a los impostores “Algunos de nuestros catequistas se han acercado para encararlos, pero ya no los encuentran. A veces la misma gente por facilidad acepta este tipo de cosas, a pesar de que les cobran altas cantidades de dinero por recibir los sacramentos en menos de un año”, sostuvo el padre Saltos.
