Hijos de Dios

0
792

San Pablo, en su carta a los Efesios, afirma que el Padre nos ha bendecido en Cristo, que nos ha elegido en Él para que fuésemos santos por el amor y que nos ha destinado a ser sus hijos. Del mismo modo, san Juan nos recuerda que a los que creen en Cristo se les ha dado el poder de ser hijos de Dios.

En estos textos, descubrimos que ser hijos de Dios es un don y, a la vez, una gran responsabilidad personal y comunitaria.

En cuanto don o regalo, Dios nos ha creado como sus hijos con un amor gratuito, eterno e infinito. Esta conciencia nos llena de admiración, gratitud y alegría; y nos impulsa a superar todos los vacíos o soledades que podamos experimentar en nuestra existencia.

Ser hijos de Dios, como responsabilidad personal y comunitaria, nos compromete a desarrollar todas las capacidades o cualidades que Dios nos ha concedido y también a cultivar con Dios Padre relaciones de cercanía, a mistad y amor.

Esta conciencia de ser hijos de un mismo Dios, además hace posible que descubramos en todas las personas la misma dignidad, independientemente de la raza, sexo, credo o nación y que, en consecuencia, nos tratemos como hermanos muy queridos. Ser hijos de Dios: un don y una tarea de toda la vida.

Dejar respuesta

Please enter your comment!
Please enter your name here