Parroquia San Leonardo Murialdo cumplió 50 años

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Guayaquil, (DCAG).- Bajo el nombre del fundador de los padres Josefinos, el 18 de octubre de 1972 se erigió la parroquia San Leonardo Murialdo, tras la demolición de la antigua iglesia “Las Almas” en el suroeste de Guayaquil. Actualmente, tiene a su cargo un dispensario médico y el colegio Dante Alighieri. El próximo 23 de octubre se realizará la inauguración de la nueva fachada del templo y la Misa solemne de aniversario celebrada por Mons. Luis Cabrera.

Tras la llegada de los primeros Josefinos a Guayaquil en 1946, el P. Carlos Verdoia consiguió un terreno para la iglesia “Las Almas” en el cuadrante de las calles Cuenca, Leónidas Plaza, Febres cordero y Guerrero Martínez; donde fundaron el colegio Dante Alighieri en 1948 y construyeron el templo de madera y caña que pertenecía a la parroquia Jesús Obrero. En 1971 empezó la construcción del nuevo templo parroquial y el entonces arzobispo de Guayaquil, Mons. Bernardino Echeverría, firmó el decreto de creación de la parroquia San Leonardo Murialdo.

Los sacerdotes han sido parte fundamental del crecimiento de la parroquia, entre los párrocos que han servido en San Leonardo Murialdo están: Marcos Camaglia, Gino Vicenzi, Juan Angoletto, Mario Canova, Ottorino Zambon, Ricardo Nardi, Giovanni Pegoraro, Cristiano Forte, Marcos Camaglia, Vanio Di Marco, Juan Constantine Segovia, Fausto Vascones, Patricio López, Luis Navarrete y Heriberto Álvarez.

El actual párroco Christian Paredes recordó que hace 16 años cuando aún era seminarista estuvo durante un año sirviendo en la parroquia. “Siempre es una gracia poder servir y administrar los sacramentos, cuando regresé yo llegué emocionado porque conocía a varias personas, a los grupos y han sido dos años de servicio maravilloso”, explicó el sacerdote.

La parroquia ha jugado un papel importante en la vida de los feligreses, como es el caso de Marieta Torres, quien contrajo matrimonio en la antigua iglesia de caña. Luego contribuyó en la construcción del nuevo templo donde sus hijos recibieron los sacramentos del Bautismo, Primera Comunión y Confirmación. Además, recordó que durante algunos años ayudó en la parroquia como catequista y siendo parte de un grupo de oración donde cada sábado participaban del Santo Rosario.

En los primeros años de vida parroquial, el asistir a la iglesia no era tarea fácil, especialmente por las inundaciones en época invernal. Rosario Tejada recuerda que los feligreses debían subirse a las bancas para participar de la Eucaristía, fue allí donde conoció a su difunto esposo, quien era parte del coro parroquial, mientras ella ayudaba a los párrocos como secretaria. En el templo se casaron y sus cuatro hijos recibieron sus sacramentos de iniciación cristiana allí. Dada su avanzada edad, sus hijos son quienes la trasladan a la parroquia para seguir participando de la Santa Misa.

Actualmente, la vida parroquial está integrada por los grupos que sirven a Dios con sus diferentes carismas, los feligreses que diariamente participan de las celebraciones eucarísticas o de las actividades que se realicen. Cuentan con el servicio del dispensario médico y la educación en la Unidad Educativa Dante Alighieri.

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