Guayaquil, (SCAG).- Devoto de San Agustín, misionero y el deseo de trabajar por su comunidad es lo que define al P. Alejandro Rodríguez de La Torre, quien el pasado 1 de septiembre fue nombrado por Mons. Luis Cabrera, arzobispo de Guayaquil, como el nuevo encargado de la Vicaría Sur “Stella Maris”.
Para el P. Alejandro, sus nuevas misiones pastorales como párroco de la iglesia San Juan de la Cruz y Vicario del Sur de Guayaquil son “un gran reto que tengo hoy y que va acompañado de mucha responsabilidad. Estamos justamente para servir a mis hermanos sacerdotes, religiosas, a los feligreses y con mucho gusto estaré presto para ayudar en todo lo que esté a mi alcance”, destacó.
Nació el 7 de noviembre de 1980 en Guayaquil. Tuvo una educación basada en la fe cristiana y llevaba una vida normal como cualquier joven de su edad, pero no fue hasta el sexto semestre de la carrera de Ingeniería de Sistemas en la Universidad de Guayaquil cuando descubrió que el Señor lo había llamado a servirlo como sacerdote. “Reza como si todo dependiera de Dios y trabaja como si todo dependiera de ti” es la frase de San Agustín que lo identifica como sacerdote.
Explica que el ejemplo del P. Carlos Hoyos, al incluir a los jóvenes rebeldes y pandilleros en sus misiones de evangelización; además de las múltiples veces que el sacerdote le mencionó que él había sido destinado al sacerdocio, lo llevaron a preguntarse sobre su vocación de vida, ingresando al Seminario Mayor de Guayaquil.
Como diácono estuvo en Laurel (Daule) y Muey (Salinas). Fue ordenado como sacerdote el 20 de noviembre de 2010 por Mons. Antonio Arregui en la Catedral de Guayaquil. Su primer encargo pastoral fue la iglesia Ntra. Sra. de la Caridad del Cobre. Luego, fue enviado como vicerrector de la Catedral Virgen del Cisne en Lago Agrio. Regresó a Durán al Santuario del Divino niño y a la parroquia Inmaculada Concepción. Su última misión se dio en la iglesia Jesús Resucitado en Sucumbíos.
Invita a sus feligreses a rezar siempre por los sacerdotes, especialmente por los difíciles momentos que vive Guayaquil en temas de seguridad; y a los presbíteros los animó a “ser como Jesús y como los Apóstoles; llevando el Evangelio, en especial a aquellos lugares donde es privado.”, finalizó.
