Quito, noviembre 18 del 2017
En nuestra sociedad ecuatoriana. El problema real y triste del trato a la mujer y de la violencia doméstica se ha recrudecido en estos últimos tiempos.
La violencia dentro del matrimonio contraviene la esencia de la institución natural de la familia y sabemos cómo todavía se banaliza este mal trato sin darnos cuenta que en ocasiones conduce al femicidio.
Nuestra juventud ecuatoriana necesita desarrollar habilidades de -no violencia- y lanzarse por caminos del buen trato en todas sus relaciones. El control de las propias iras y corajes es necesario a medida que nos hacemos adultos y una cierta estabilidad afectiva es condición necesaria para una vida de pareja en el respeto y la fidelidad.
La pobreza, la falta de trabajo, y ciertos prejuicios ancestrales apoyan a estos “verdugos modernos” al maltrato de sus compañeras.
Queremos apoyar y acompañar a estas víctimas de la violencia, ayudándolas a tomar conciencia de su dignidad de mujeres como hijas de Dios.
Desde la Conferencia Episcopal Ecuatoriana, en coordinación con muchos laicos, queremos impulsar programas pastorales sobre la vida y la familia, con sólidos fundamentos científicos, éticos y espirituales.
En nuestro País, todavía es preciso que las instituciones civiles y religiosas colaboremos en la defensa y promoción de la dignidad de la mujer pues, en efecto, hoy en nuestros contextos, ser mujer es objeto de discriminación…. tampoco hay que olvidar la creciente violencia de que son víctimas las mujeres a veces en el seno de sus mismas familias.
La Iglesia, en este día dedicado a la no violencia de las mujeres, una vez más proclama su dignidad de hijas de Dios, y les ofrece su respeto, su consideración y sus oraciones.
Que María, nuestra Madre, conceda el don de la paz, la felicidad y el gozo de sentirse mujeres a todas nuestras hermanas.
CONSEJO DE PRESIDENCIA DE LA CONFERENCIA EPISCOPAL ECUATORIANA
