Guayaquil, (DCAG).- La parroquia Santa Teresita del Niño Jesús lleva a cabo un proyecto de ayuda social en conjunto con las Siervas del Hogar de la Madre que contribuirá a la ampliación del comedor Virgen de Montserrat que actualmente atiende a cincuenta niños de escasos recursos en el sector de El Fortín, noroeste de Guayaquil.
La iniciativa nació hace tres años cuando las religiosas Siervas del Hogar de la Madre ayudaban en la entrega de canastas de alimentos y al darse cuenta de la existencia de muchos niños en las calles, iniciaron jornadas sabatinas con 120 niños donde tenían actividades recreativas, clases de catecismo y culminaba con un almuerzo.
La Hna. Paquita Morales explicó que, tras la pandemia, la necesidad de alimentación aumentó, por lo que decidieron pedir donaciones para iniciar con un comedor diario que atienda a cincuenta niños. “Es muy bonito ver como el Señor no se olvida de esas familias y va poniendo gente que pueda salir a su encuentro. No es sólo darles de comer, sino que en ese plato de comida ellos perciban el amor de Dios”.
El comedor es atendido por las religiosas y voluntarios que ayudan en la preparación de los alimentos y el cuidado del cumplimiento de las normas de bioseguridad, por lo cual los niños usan mascarillas, se desinfectan las manos con alcohol y son divodidos en grupos con distanciamiento para evitar aglomeraciones. El proyecto de cooperación busca ampliar a 250 beneficiarios con la construcción de nueva infraestructura para albergarlos.
El P. Raniero Marincioni, párroco de Santa Teresita, mencionó que “a pesar de las dificultades que vive el mundo ha salido gente muy generosa que nos ha permitido llegar con una mano extendida a los corazones de aquellas personas que lo necesitan. Nos comprometemos a brindar un día a la semana alimentación física y espiritual, así como servicios de salud y nivelación académica a los niños beneficiados”.
ElLas donaciones son receptadas en las oficinas parroquiales de Santa Teresita (km 1,5 vía a Samborondón) y La Consolata (El Fortín Blq. 6) o pueden comunicarse al número (04) 2830268.
Guayaquil, (DCAG).- Víctor Rolando Contreras nació el 21 de agosto de 1987 en Santo Domingo de los Tsáchilas. Es el menor de sus hermanos trillizos y desde muy pequeño tuvo un gran amor por la Santa Misa, aunque su proyección fue dedicarse a los estudios, obtener su profesión y tener una familia; Dios le mostró otro camino de vida por medio del sacerdocio.
Tras obtener su título como Diseñador Gráfico Publicitario, ejerció su profesión durante dos años, en los cuales fue discerniendo las señales que Dios le dio para mostrarle que necesitaba de él algo más. “Fue un camino de discernimiento personal que me hizo ver la historia de mi vida y como Dios estuvo en todo momento”, recordó.
Su vocación sacerdotal la descubrió al no hallar el sentido completo a todo lo que hacía; a pesar de tener una familia que lo quiere, una profesión y un trabajo estable descubrió que Dios lo estaba llamando a su servicio. Su discernimiento lo mantuvo en silencio hasta que decidió ingresar al Seminario y unas horas antes le contó a su familia sobre su decisión, quienes lo apoyaron. Su hermano mayor le dijo: “Te apoyaremos, pero pon de tu parte porque esto es algo muy especial y lo que ahora empiezas lo vas a culminar”.
En su proceso de formación, tuvo varias experiencias en misiones en el oriente ecuatoriano, donde acudió a comunidades indígenas que se encontraban a más de nueve horas de camino, en ocasiones acampaban en las orillas del río para continuar al siguiente día. Rolando recuerda que en su primera visita tuvo un choque cultural cuando los aborígenes le dieron como bienvenida un mate con chicha, sabor al que luego se acostumbraría; compartiendo muchos momentos con ellos en su misión evangelizadora.
En sus días previos a su ordenación sacerdotal, Rolando se siente nervioso y emocionado a la vez por el momento tan trascendental en su vida y esta nueva etapa de su vida. “A los jóvenes que sienten el llamado a servir a Dios; no tengan miedo, que se abran al corazón de Cristo que nos abraza y al de María que nos enseña a decir sí”, mencionó.
Guayaquil, (DCAG).- Para el próximo 13 de febrero, la Pastoral Juvenil de la Arquidiócesis de Guayaquil y la comunidad de vida Jarcia organizan el primer seminario virtual de afectividad y sexualidad denominado “Amor puro ¿es posible?” dirigido a los jóvenes y matrimonios.
Cristina Franco, organizadora del evento, explicó que “el seminario nace bajo la premisa de propiciar espacios de reflexión para jóvenes y matrimonios con herramientas formativas, tanto en la parte teórica como práctica, que ayuden a la restauración de la cultura de la vida y que muestren que el amor puro es posible".
El evento iniciará a las 09h00 con la bienvenida, acogida y oración a cargo del P. Jorge Montalvo, asesor de la Pastoral juvenil. Luego intervendrá Mons. Luis Cabrera, arzobispo de Guayaquil. Los expositores serán: el Dr. Pablo Muñoz Iturrieta, quien hablará sobre “El género: La dictadura de la confusión”, abordado desde su concepción filosófica y las consecuencias sociales de su aplicación en el ámbito educativo y jurídico. La investigadora y catedrática en historia, Mamela Fiallo Flor, expondrá sobre las bases conceptuales de “Feminidad y Masculinidad”.
El seminario continuará con la exposición del experto en Derecho Matrimonial, el Dr. Christian Conen, con el tema “Claves para el éxito en la relación de pareja", dando consejos sobre cómo vivir un noviazgo y un matrimonio feliz. Después habrá una plenaria, la síntesis y evaluación del evento; y culminará con las palabras de despedida de Mons. Luis Cabrera.
Los interesados podrán inscribirse al número 0981197833 para acceder al enlace en la plataforma Zoom. Además, este evento será transmitido en vivo por las redes de la Arquidiócesis de Guayaquil el próximo sábado 13 de febrero desde las 09h00 hasta las 12h00.
Guayaquil, (DCAG).- “Consomé caliente para el alma” es la iniciativa que busca recaudar fondos para el mantenimiento de la Fundación Casa del Hombre Doliente, la cual atiende a 53 personas con enfermedades catastróficas y terminales. La cena benéfica se realizará el próximo viernes 27 de enero en el Club La Unión de Guayaquil.
Hace 38 años, bajo la guía de Mons. Bernardino Echeverría se fundó la Casa del Hombre Doliente como un lugar para atender a las personas con enfermedades terminales y adultos mayores en situación de calle. Desde su creación, esta casa de acogida ha sido solventada con las donaciones económicas y el voluntariado realizado por personas altruistas.
“Nuestra obra es de carácter humano con una atención digna a las personas con enfermedades catastróficas y a quien está en un estado terminal para que tenga una muerte digna. Les damos 6 comidas durante el día, tratamiento fisioterapéutico, servicio de enfermería las 24 horas, recreación con las visitas de colegios y acompañamiento espiritual; son acompañados por un psicólogo, hay terapia ocupacional para los que todavía puedan moverse y así mantenerlos ocupados y tratar de que sientan productivos”, explicó el P. César León, director de la Fundación Casa del Hombre Doliente.
Durante los últimos años, el voluntariado ha disminuido considerablemente; por lo cual las actividades de recaudación de fondos son necesarias para que esta obra de ayuda social continúe. “Consomé caliente para el alma” es una cena benéfica dirigida al sector empresarial que se realiza desde hace 30 años, donde se muestra la labor social de la fundación, los participantes degustan de una deliciosa cena mientras tienen shows artísticos en vivo. El costo de cada entrada es de $250.
Las personas pueden contribuir a la misión de Casa del Hombre Doliente a través del voluntariado o con donaciones de alimentos, medicinas, ropa, útiles para dibujo y pintura, o un aporte voluntario a la Cta. Cte. # 3733580 del Banco del Pacífico o en la Cta. Cte. # 1338560 del Banco de Guayaquil, a nombre de Fundación La Casa del Hombre Doliente. Ruc: 0991264000001. También pueden dejar su donación en la fundación o comunicarse al (04) 222145 – (04) 2212146 o al correo: [email protected]
Guayaquil, (DCAG).- Como una muestra de su identidad religiosa, la parroquia San Francisco de Asís y la asociación “Amigos del mar" rindieron homenaje a los cerca de 400 pescadores fallecidos a nivel nacional, en la II edición de la procesión acuática en honor a la Virgen del Carmen realizada el pasado 20 de julio en Posorja.
“Nuestra procesión acuática es una manifestación de la fe en Dios que tienen los pescadores al salir al mar en condiciones imposibles. La fe es la ayuda, la esperanza en el momento de la dificultad. Para nosotros es la celebración de nuestra identidad de un pueblo cercano, unido, dependiente del mar; pero al mismo tiempo dueño de una cultura religiosa y de una gran fe”, expresó el P. Marco Coloma, párroco de Posorja.
El programa inició a tempranas horas del día en el muelle de la empresa Fortidex donde los fieles, pescadores y varias autoridades se dieron cita para participar del pregón y la Santa Misa presidida por el párroco de la iglesia San Francisco de Asís.
Mariana Quijije, presidenta de la asociación “Amigos del Mar", explicó que “en este año, hemos tenido a nivel nacional cerca de 400 compañeros que han muerto, nuestra solidaridad con sus familias y hoy vamos a lanzar flores al mar en conmemoración a ellos, en esta lucha porque nosotros en plena pandemia seguimos trabajando para la soberanía alimentaria del país”.
Leopoldo Rivera, asistente al evento, mencionó que “es un honor poder participar de esta procesión acuática y ver la multitud de católicos que nos congregamos para rendir homenaje y agradecer a nuestra madre María y al Padre Celestial; eso nos regocija y nos alienta a seguir adelante”.
Barcos pesqueros, yates y lanchas acogieron a los asistentes para recorrer junto a la imagen de la Virgen del Carmen uno de los canales del golfo de Guayaquil.
La procesión estuvo acompañada por los cantos y las oraciones de los asistentes, quienes tiraron flores blancas al mar en memoria de los pescadores fallecidos en sus faenas. El acto culminó con la bendición de cada una de las cerca de 60 embarcaciones participantes.