La Voz del Padre

0
894

En este relato, conocido como el de la “transfiguración de Jesús”, resuena la voz misteriosa de Dios Padre: “Este es mi Hijo, en quien me complazco. Escúchenlo”.

Los discípulos de Jesús no lo confunden con Moisés ni Elías, representantes del Antiguo Testamento. Él es el Hijo amado de Dios, cuyo rostro resplandece como el sol. Pero, deben escucharlo. Si antes Dios se había revelado por medio de los patriarcas y profetas, hoy lo hace por su Hijo amado.

Los discípulos están sobrecogidos, casi aterrados, por la cercanía de Dios. Jesús “se acerca, los toca y les dice: “levántense. No tengan miedo”.  Estas palabras, con seguridad, quedaron resonando en sus corazones a lo largo de su existencia.

Muchas veces, conocemos a Jesús solo de oídas. Su nombre nos es familiar porque lo hemos escuchado en nuestra infancia o cuando participamos en alguna ceremonia. Pero, tal vez, su voz aún no ha resonado en nuestro interior. Cuán importante es entonces que lo escuchemos en el silencio y, así, experimentemos el amor que perdona, la paz inquebrantable y la fuerza que nos sostiene. Para ello, solo necesitamos abrirle nuestro corazón. ¿Nos arriesgamos?

Dejar respuesta

Please enter your comment!
Please enter your name here