Guayaquil, (DCAG).- Según los datos del Inec, en Ecuador los matrimonios se redujeron de 74.800 en 2010 a 56.921 en 2021, mientras que los divorcios aumentaron de 18.231 en 2010 a 22.488 en 2021. Para la Iglesia la desintegración de la familia es una situación preocupante, siendo tan sólo 2.108 matrimonios eclesiásticos los registrados en Guayaquil el pasado año. Tres matrimonios nos contaron sus historias y revelaron cómo resolvieron las crisis que estuvieron a punto de separarlos definitivamente.
En septiembre próximo, Juan Xavier Olaya Choez y Sandra Adriana Guashpa Sánchez cumplirán 15 años de casados. Se conocieron en la parroquia San Bernardino de Siena (Guasmo Norte) donde servían en grupos parroquiales diferentes. Actualmente tienen 4 hijos: Pablo (12), Jeremías (8), María de los Ángeles (1) y un bebé en camino. La crisis que los llevó al borde del divorcio ocurrió tras 11 meses de matrimonio; pero un curso de Familias Misioneras de Cristo (FMC) fue la guía que necesitaron para continuar con su relación.
“Oímos sobre un seminario para matrimonios con problemas y mi esposa me dijo que nos demos esa última oportunidad, así como logramos superar aquellos problemas, no fue fácil, fue una lucha diaria que con ayuda de Dios y la comunidad supimos superar. Hemos aprendido a enfrentar los problemas que se presentan en la vida matrimonial y familiar, poniendo a Dios en medio de nosotros, con oración y servicio a los demás”, explicó Xavier Olaya.
Otra de las parejas que han pasado por muchas pruebas es la de Marcos Coello y Carmen Navarrete. Ellos se conocieron en su lugar de trabajo y tras varios años alejados se convirtieron en amigos y confidentes. Se casaron el 14 de junio del 2000 procreando tres hijas. Tras 10 años de matrimonio, una crisis puso en peligro su alianza, encontrando la ayuda que buscaban en el movimiento Juan XXIII.
“Pensábamos que nuestro matrimonio estaba aparentemente bien, pero había molestias de lado y lado que no se explicaban y asumíamos que era mejor estar callados para no incomodar a la otra persona; y cuando abrimos nuestro corazón nos dimos cuenta que discutir está bien en un ambiente tranquilo y conversando. Luego viene la reconciliación y el perdón. Ahora tratamos los problemas antes de que exploten, ya sabemos cómo decirlos sin que el otro se sienta mal o se enoje. Nos dimos cuenta que éramos tan diferentes que no había compatibilidad, pero por la obra divina estamos juntos”, comentaron los esposos.
Agustín Vera y Gladys Darquea cumplieron 50 años de casados. Su historia de amor inició en las afueras de la Universidad de Guayaquil. Tras algún tiempo de galanteo se convirtieron en amigos y novios por 4 años. Se dieron el sí ante Dios el 20 de mayo de 1972 en la iglesia La Inmaculada. Tienen dos hijos y cuatro nietos. Pertenecen al movimiento mariano de Schoenstatt y rezan el Santo Rosario diariamente.
“El matrimonio no es un sentimiento, es una decisión y cuando uno se decide a amar y formar una familia debe tener mucha paciencia y amor. Se cree que puede cambiar a su esposo, pero lo que una esposa debe hacer es educarlo con la ayuda de Dios y la Virgen, volverlo más espiritual y que vea lo importante de su conducta para sus hijos. Hemos tenido problemas económicos y de salud; ha sido duro, pero con Dios salimos adelante nos ha ayudado y fortalecido como matrimonio y como padres”, explicó Gladys.
Aunque los vicios fueron parte de la vida de Agustín y una razón para que se separara de su esposa por un tiempo, el conocer a Dios y Schoenstatt le permitió hacer cambios en su vida para recuperar la confianza de su familia, aunque reconoce que no fue una tarea fácil el luchar por la mujer que ama y a quien considera como “un regalo de Dios” y a quien atiende con servicialidad, amor, cariño y comprensión debido a su enfermedad degenerativa.
Los tres matrimonios coinciden en que los secretos para una relación duradera son: tener a Dios como centro y fundamento de la relación, mantener una comunicación constante evitando callar los errores del cónyuge y basar la felicidad propia en hacer feliz a la pareja.